Tiene razón absoluta Donald Trump en hacer valer su condición de Presidente de los Estados Unidos, y además, en ejecutar todo su poder en medida que le permita la Constitución de su país.
Y sin embargo, no entender la circunstancia de dirigir un país cuya grandeza reside en la migración de ciudadanos de todos los países del mundo, realmente es grave. Es además terrible contrasentido, pues su antecedente familiar directo y esposa tienen origen en el extranjero.
Por su sangre corre sangre escocesa- alemana y su actual esposa la primera dama de los Estados Unidos Melania, tiene su origen en Eslovenia.
Peligroso además que en plena “brisa” de guerra económica y militar que se vive en el mundo, Trump sea todo un caso para la observación de la ciencia política, económica y psiquiátrica.
Y si bien falta mucho para saber si en su tesis de cambiar al mundo tuvo razón, el mundo sigue su batalla por la expulsión de los inmigrantes musulmanes de Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Y en la semana que terminó, en franco racismo todo lo que huela a latino.
Todos acusados de delincuentes y al momento no hay cifras concretas sobre cuántos. Si son cientos o miles los que ya están en tránsito a sus países. Ciudadanos que en su condición de ilegalidad serán separados de sus familias.
Veamos cifras: Ilegales son millones y desde la óptica Trump, “el riesgo” es que los hispanos al cierre del siglo 21 dominen la Unión Americana. En un país de 320 millones de personas, 54.1 millones, o sea el 17.1% de la población total son hispanos. Se estima que para el 2060, serán 128.8 millones sean latinos, una fuerza que se equipara hoy a la población solamente en México. Nada más en Arizona, California, Colorado, Florida, Illinois, Nueva Jersey, Nueva York y Texas viven hoy un millón en cada sitio.
Para entender mejor el tema, este fin de semana le preguntamos a Cónsul de México en San Bernardino Salomón Rosas Ramírez y los datos son de espanto para el gobierno actual de Estados Unidos.
“De los 36 millones que hay en todo Estados Unidos, solo en California hay 11 millones de mexicanos, de estos, 2 millones están en San Bernardino de los cuales de 250 a 300 mil son indocumentados”.
Justo ahí está el Centro de Detención Migratoria Adelanto, en la ciudad del mismo nombre con mil 957 camas para deportados. La zona que corresponde a Salomón considera los condados de Riverside y San Bernardino que integran a 54 ciudades, donde habitan 4 millones 900 mil personas.
De ellos, el 54 % son hispanos, de los que el 70 % son mexicanos. Hablamos de casi 2 millones de los que 250 mil son indocumentados.
Los datos son duros, sin embargo en términos de lo que representan como fuerza laboral, es fundamental para la grandeza económica del estado de California que está, entre las principales economías del mundo.
Por eso insisto, Trump tiene razón en hacer aplicar la ley, no obstante donde no es congruente, es con la realidad en los hechos. Ya vimos lo que pasó en México cuando Calderón presumió ser el Presidente del Empleo. Y más cuando los llamados “trabajos indignos” no son realizados por norteamericanos.
Sacar a lo migrantes de San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Chicago, Seattle, Houston, Phoenix, Austin, Dallas, Washington D.C., Detroit, Salt Lake City, Minneapolis, Baltimore, Portland -ambas Maine y Oregon-, Denver, Nueva York, Chicago y todo el estado de Nueva Jersey es un tema de riesgo productivo.
Que expulse delincuentes, todo el mundo le apoya, pero bajo ese pretexto afectar la economía de estas zonas, probablemente pagará la factura. Por lo pronto, toda la franja fronteriza del lado sur de los Estados Unidos está resintiendo los efectos.
No solo porque son menos los mexicanos que van de compras, si no por que muchos de los empleados dejan plantados a los patrones para evitar ser deportados.
En fin, que si seguimos con los números no debemos olvidar que los hispanos son hoy la mayor minoría en los Estados Unidos. En el corte censal del 2010 eran ya el 16 por ciento de la población total y para el 2020 aumentarán la cifra ascenderá al 21 %.
Esa es la verdad por encima de las ocurrencias. La fuerza migrante del mundo en Estados Unidos no tiende a bajar. Incluso por la vía legal un millón de extranjeros anualmente se convierten en residentes, procedentes principalmente de México, China, India, Filipinas y República Dominicana.
Todos en lo general, son ya el 14 % de la fuerza laboral estratégica. Sin los inmigrantes, la industria de la construcción, manufacturera y el sector agrícola no sería tan eficiente.
Al tiempo…
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