Colosio ya no era rentable…

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 “Veo un México con hambre y sed de justicia”, reclamaba el candidato del PRI a la presidencia de la República, LUIS DONALDO COLOSIO, cuando pedía el voto aquel 15 de marzo de ya hace 23 años.

Al estadista, como muchos lo pintan,  no le alcanzó para ver un partido que le abandonó, tampoco visualizó el olvido de un pueblo, mucho menos el nuevo bloque de políticos tricolores que su recuerdo ignoran y que, ahora que el PRI parece estar en extinción, solo le evocan para congraciarse con el pueblo.

Hoy 23 de marzo se cumplen 23 años de que allá en Tijuana, en un lugar conocido como Lomas Taurinas, asesinaron las esperanzas de un pueblo que sentía era COLOSIO el presidente que el país esperaba, a decir verdad no se sabe si realmente hubiera sido buen presidente o un corrupto más, sus dichos eran eso, palabras de campaña, nada garantizaba que se hicieran realidad pero igual la gente tenía fe en que algo bueno sucedería, por eso, luego de su muerte se le lloró, aunque luego que los priistas se cansaron de explotar su recuerdo sin hacer nada para esclarecer su muerte se le olvidó.

A 23 años de la muerte de LUIS DONALDO mucha gente se sigue preguntando, ¿quién mando asesinar realmente a COLOSIO?, en realidad pocos lo saben y los que conocen los motivos no estuvieron dispuestos arriesgarse o guardaron silencio por así convenir a sus intereses.

Hay quienes dicen que fue el propio sistema que se sintió incomodo por las palabras de COLOSIO, que sus dirigentes fueron quienes decidieron terminar con lo que sintieron era una amenaza, lo único cierto es que los priistas fueron participes, necesitaban un mártir, la prueba fue que mucho lucraron con su muerte pero nunca la aclararon como el pueblo esperaba, aún sigue la duda, de quien y el porqué.

Son ya 23 años del asesinato de COLOSIO sin respuesta clara, es caso cerrado, pero  hoy que el PRI agoniza requieren revivir sus muertos, buscar entre los escombros algo con lo que puedan lucrar políticamente y ahí encontraron empolvado el recuerdo del sonorense y en los eventos de aniversarios priistas aparece nuevamente su fotografía, quieren con ella tocar el sentimiento de la gente.

Durante mucho tiempo se lucró con el recuerdo de COLOSIO, luego ya no le vieron tan rentable y le dejaron morir, hoy que le necesitan le quieren revivir.

COLOSIO debe estar revolcándose en su tumba al ver su PRI desgastado por la ambición y corrupción de quienes ha abanderado, volvería a morir si se diera cuenta que el hambre solo la han podido saciar los políticos y más de quienes ahora ya se cansaron de lucrar con su recuerdo, que mitigaron su sed de poder bajo las siglas que él tanto defendió.

Mientras, a lo lejos, el pueblo que COLOSIO vio con hambre y sed de justicia sigue en las mismas condiciones, quizá peor, quizá ya desfallece por estar en punto de inanición  por falta de justicia, lo que dijo que iba a atacar se ve más fortalecido que nunca.

Es un hecho que la gran mayoría de sus “lloradores” terminaron saciándose del pueblo, de la riqueza que este genera y aunque a 23 años casi todo se olvida resulta que reviven el recuerdo de COLOSIO, con todo y que un tiempo lo olvidaron y sintieron ya no era rentable, ahora su recuerdo lo ven como producto atractivo de vender para el PRI revivir.

El caso es que el PRI parece buscar desesperadamente en su historia algo que le haga olvidar sus negros pasajes a 23 años de la muerte de COLOSIO, esa que ellos mismos se preocuparon por no aclarar, ahora con ella quieren políticamente lucrar.

Pero ya nadie se pregunta quien fue el autor intelectual de su muerte, quién tenía interés en que COLOSIO muriera, quién se sintió ofendido con sus palabras, o qué sería de nuestro país si él hubiese sido el presidente de la Republica, ya  a nadie  le interesa ese es tema muerto y enterrado bajo las lapidas del abandono del pueblo que hoy sigue con hambre y sed de justicia mientras los políticos siguen saciando su hambre y sed de poder, fama y fortuna.

 

 

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