Por todos es bien sabido que la mayoría de los medicamentos son un regalo de la naturaleza, tan solo debemos encontrar el principio activo y aprovechar al máximo sus capacidades terapéuticas, ya sean analgésicas o profilácticas. Sería una pena no utilizar lo que desde hace siglos es conocido por nuestros antepasados.
Pero desgraciadamente el siglo XX fue un gran siglo para las prohibiciones, empezando por el alcohol, ilegal durante la ley seca en los EEUU (que dio lugar al auge y caída de personajes tan incrustados en el imaginario colectivo como el famoso Al Capone) y llegando a la marihuana, que fue ilegal hasta hace poco en prácticamente todo el globo terráqueo.
Aunque con respecto al cannabis, parece que el cambio en la percepción que tenemos de él, y que empezó en Holanda allá por los finales del pasado siglo, está llegando poco a poco al resto del mundo.
Y es que el debate que comenzó a abrirse paso lentamente en la sociedad hace unas pocas décadas ha alcanzado ya el punto en el que la mayoría de las personas vemos las ventajas que puede aportar la planta de la marihuana a la sociedad, tanto es así que incluso ya es posible invertir en acciones de marihuana medicinal.
Marihuana, de diversión prohibida a potente aliado de la medicina
Aunque casi seguro que su utilización con fines medicinales o espirituales es muy anterior, la primera mención de la que tenemos constancia data de la China del tercer milenio antes de Cristo y viene de mano del emperador Shennong, que por lo que parece la consumía en forma de té para paliar dolencias como reumatismo, gota, malaria…
Si damos el salto a nuestros tiempos podemos ver que algunos de los países más adelantados en la legalización de la marihuana para fines medicinales son los EEUU, Canadá, Sudáfrica, Uruguay, los ya mentados Países Bajos… y en muchos países del resto del mundo la mera posesión no es lo que llamaríamos un delito de extrema gravedad, ojo, que esto no significa que no vaya a tener consecuencias penales, aunque ya no tanto morales o en términos de rechazo social.
En México es ilegal en todo el territorio nacional, pero está descriminalizado a ojos de la sociedad, gracias fundamentalmente a los numerosos estudios que prueban el valor del cannabis en el tratamiento de numerosas enfermedades.
Aunque nuestro país cuenta con multitud de plataformas pro-legalización, no parece que el Estado esté por la labor, al menos de momento, de legalizar la marihuana en cualquiera de sus formatos, pero se están dando pasos en esa dirección, eso podemos extraer al menos de las declaraciones del senador Ricardo Monreal Ávila en la inauguración del Foro Regularización de la Marihuana: “Con una regulación en este sentido (crear un mercado legal de marihuana), podemos establecer una política sensata, equilibrada y segura, que garantice el respeto y protección del derecho al libre desarrollo de la personalidad, en términos de la Constitución y de los tratados internacionales”. Veremos cómo va avanzando el asunto.
Estado actual del mercado de la marihuana y pronóstico de futuro
Para hacernos una idea del volumen mundial que puede mover el cannabis legal, baste señalar que solo en EEUU, un país en el que en gran parte del territorio la marihuana no es legal, en el año 2016 la marihuana facturó un total de 4.500 millones de dólares, y, según algunas estimaciones, como pueden ser las de la consultora Cowen&Co, en menos de 8 años esa cantidad se habrá multiplicado por 10 y para el 2030 alcanzará los 75.000 millones de dólares.
Teniendo esto en cuenta, y que según un estudio de Deloitte el consumo de cannabis en Canadá (primer país del G7 que legalizó su uso para cualquier fin, ya sea terapéutico o recreativo a finales del 2018) se convertirá en una actividad cotidiana con rapidez, todo parece indicar que el auge de este nuevo mercado va a ser imparable en un futuro próximo. Todo ello sin contar que muy probablemente el resto de las naciones desarrolladas del mundo sigan su ejemplo a no mucho tardar.
Debemos tener en cuenta que son estimaciones, pero no parece un mal momento para comenzar a invertir, ¿verdad?