Los decepcionados

Los decepcionados

No me imagino a Andrés Manuel como presidente de México.

Pero tampoco a Meade, ni a Anaya. Margarita es la  que me da menos desconfianza, pero es quien veo con
menos posibilidades, al menos en este momento, cuando aún no inicia formalmente la campaña hacia la presidencia de la republica.

Este que les escribe, al igual que millones de mexicanos, de tamaulipecos, a pesar de que a diario habla y a veces redacta unas líneas de política, está decepcionado de los políticos. Y de los partidos. De sus mentiras .
Me da temor ver en el poder a López Obrador, de quien todos los días escucho o leo algo malo, y que sin embargo,  cada vez tiene más seguidores.

Cada vez gente más cercana a mí se manifiesta a su favor, y no lo entiendo. Siento que Ricardo Anaya no es sincero. No sé si sea verdad o mentira lo de su enriquecimiento, lo de sus inexplicables ingresos económicos, pero
algo me dice que es como la enorme mayoría de los que se dedican a la política. Falso.

A José Antonio Meade lo veo como un títere del actual gobierno. Como aquel que fue puesto ahí para cubrir las espaldas. Inteligente, pero sumamente manipulable, débil de carácter. Y con la marca del PRI en su
frente, sinónimo de abuso y corrupción.

Margarita, por su condición femenina me cae bien, pero no le creo lo de su independencia. Estoy seguro que sería una buena presidenta si es que no tuviera siempre a su lado a un ex presidente, que aparte es su esposo, y
que aunque lo niegue, se convertiría en un muy influyente asesor de alcoba que le restaría poder presidencial.

A “El Bronco”, ni siquiera lo pienso. Se me hace un personaje creado por la ficción política mexicana que está muy lejos de convertirse en realidad. Pertenezco al enorme grupo de mexicanos decepcionados

Soy de los millones de apolíticos y enojados con lo que han hecho de este país y de sus habitantes, nuestras autoridades pasadas y presentes. Considero injusto que se gasten miles de millones de pesos en la búsqueda
de un presidente. Se me hace grosero que se organice un proceso multimillonario cuando hay tanta pobreza, tanta hambre, carencias en salud, vivienda, educación y trabajo.

Muchísimos mexicanos piensan como yo. Sin embargo, habemos entre los decepcionados dos ramas: La primera, los que a pesar de los pesares, estamos informados, leemos, escuchamos y emitimos nuestros comentarios , aunque sean siempre en contra de esto que estamos viviendo y viendo. Ahí estoy yo, y a pesar de todo,
votaremos.

Y la segunda, integrada por los que están tan desilusionados que les vale un cacahuate la elección, los spots, los escándalos, y que por nada del mundo acudirán a la casilla el uno de Julio.
Los decepcionados, necesitamos mucho mas que un presidente. Los que han pasado por ahí no han hecho un buen trabajo y son los culpables de la enorme decepción.

¿Qué necesitamos los decepcionados? Necesitamos un país mejor, con mejores oportunidades, mayor calidad de
vida, necesitamos seguridad, mejores salarios, hospitales equipados, escuelas dignas para nuestros hijos.

Queremos que ya no haya políticos corruptos, ni autoridades deshonestas. Deseamos que se termine la impunidad que corroe la estructuras e este país.
¿Alguno de los que hoy pelean por llegar a la presidencia de México nos podrá cumplir a los más de 50 millones de decepcionados?
Me parece que no.

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