Luebbert, a fondear gatos a otra parte…

Luebbert, a fondear gatos a otra parte…

“Que se vaya a fondear gatos de la cola a otra parte”, con voz ruda gritó un priista ataviado con botas y sombrero al entrar, el sábado al medio día, al estacionamiento de la Universidad La Salle Victoria.

¿Qué significa eso?, se le preguntó, el hombre con actitud serena y la piel curtida por el sol contestó, “así decimos en el rancho para mandar a alguien muy lejos”.

Se le preguntó a quien estaba mandando tan lejos y sin titubear el hombre contestó, “Ese LUEBBER no lo queremos en el PRI, que se vaya a fondear gatos por la cola a otra parte”.

No cabe duda que la sinceridad de los hombres del campo es auténtica, al señor no le interesó si lo escuchaban los seguidores de LUEBBERT o no, sólo externaba su sentir y el sábado sentía que OSCAR no debía llegar a la dirigencia del PRI, si no irse a hacer daño a otra parte.

Así como el señor fueron muchos los priistas que no quisieron a LUEBBER cerca y se lo hicieron saber, le rechazaron en las urnas, lo mandaron al rancho de LOPEZ OBRADOR.

En un hecho histórico los priistas realizaron su primer acto democrático para elegir a quien dirigirá, de manera interina, los destinos del tricolor en Tamaulipas.

Ver para creer, antes del sábado, propios y extraños estaban ciertos que  los priistas no llegarían a medirse en las urnas, que como siempre atenderían la línea nacional.

Pero sucedió lo que nunca se creía sucedería, por primera vez los tricolores realizaron un evento democrático, dos aspirantes a dirigir los destinos del PRI, interinamente, se midieron en las urnas para que los delegados fueran quienes decidieran a quien querían al frente de ese partido.

A puerta cerrada, sin celulares para que no se filtraran resultados tendenciosos,  los priistas, consejeros, realizaron su asamblea y votaron libremente por su preferido.

Hasta horas antes de la votación no se sabía a ciencia cierta quién de los candidatos contaría con la preferencia de la mayoría pero igual había la sospecha de que SERGIO GUAJARDO se alzaría como ganador, tal y como sucedió.

¿Por qué la sospecha?, pues primero porque un día antes ALEJANDRIO GUEVARA COBOS se retiraba de la contienda diciendo que declinaba por la unidad y la mayoría de los mismos priistas decían que GUEVARA a LUEBBERT no le apostaría.

Circuló, también desde un día antes, la agenda de actividades de SERGIO GUAJARDO y de LUEBBERT no sabían ni en su casa, además que era apoyado por,  MANUEL CAVAZOS LERMA, el exgobernador más odiado de Tamaulipas.

También LUEBBERT era poyado por BALTAZAR HINOJOSA OCHOA pero igual, como dijo EGIDIO TORRE, el Diputado federal es un paquetito que no representa ya nada para los intereses políticos de Tamaulipas.

Otra situación es que los mismos priistas sabían que de ganar LUEBBERT utilizaría al PRI para blindarse, en lugar de trabajar para el partido se pasaría el tiempo defendiéndose de todas las acusaciones que pesan en su contra y un personaje así no le convenía a la mayoría de los tricolores.

Pero igual no se descartaba la posibilidad de que a la hora de las definiciones hubiera mano negra, que a los priistas que fueron favorecidos en el sexenio de EUGENIO HERNANDEZ pues RICARDO GAMUNDI, operador de LUEBBERT, les cobrara el favor.

Con todo y los escepticismos de unos y otros, los consejeros votaron, la mayoría favoreció a SERGIO GUAJARDO MANDONADO quien se alzó con el triunfo.

OSCAR LUEBBERT apostó su resto queriendo ser Presidente del PRI estatal y perdió, humillado quedó,  aunque el reynosense quisiera impugnar no podía, más de 80 votos marcaban la diferencia y no pudo ni a sus seguidores controlar, en un acto de rebeldía se atrevieron a quemar una bandera del PRI afuera del recinto, eso es hasta para que los expulsen.

En fin, la situación es que los priistas escriben su historia, se dieron cuenta que existe la democracia y eligieron, sin línea nacional, a su nuevo dirigente estatal.

Sin duda alguna fue un buen ejercicio que muchas enseñanzas les dejara, ya se cortaron la línea sanguínea de la línea nacional, ahora tendrán que aprender solos a caminar, por lo pronto marcan su pasaje, hoy escriben su propia historia y LUEBBERT, como dijo el ranchero, se irá a fondera gatos por la cola a otra parte.

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