¿Que nos falta para realmente triunfar?

Referente a esta maravillosa vida que vivimos si algo me queda por de más claro es que tanto se gana como se pierde, el fracaso es tan parte de nuestra existencia como el éxito. Y con ello me referiré al éxito personal, espiritual, profesional, no tanto a la falsa concepción de acaudalar dinero o cosas materiales, la misma que nos ha llevado por un sendero de perversión. La capacidad para triunfar la tenemos todos sin excepción, la diferencia es que algunos deciden perseverar hasta lograr sus objetivos mientras otros se conforman con una realidad que para ellos así se les designó pero que está en sus manos cambiar. Es algo muy curioso, nuestra sociedad admira y/o venera a aquellos que “la han logrado” o que triunfan en sus respectivas vidas o campos de interacción, se les pone en alto y se tornan ejemplos a seguir. Pero la pregunta reiterativa en nuestro país sigue merodeando entre gran parte de la sociedad. ¿Qué falta para que más personas sean exitosas y/o consoliden sus proyectos de vida?

Es cierto que vivimos en un país que parece una abominable paradoja, en donde el éxito parece que radica plenamente en lo económico y para ello se desvirtúan los valores y buenas costumbres por tal de obtenerlo. En una nación en donde se prefiere lograr las cosas fácilmente en lugar de batallar para obtenerlas, en donde el fracaso en lugar de ser un paso importante para un mayor aprendizaje, se toma como algo a lo cual se le teme o se adopta cotidianamente. Sí, es cierto que seguimos viviendo en una nación en donde se privilegia al amigo, al cómplice, donde ser parte de un grupo de cierto “estatus” te genera mayores beneficios y facilidades, en un país de personas que se corrompen espiritual y materialmente por conseguir el ansiado placer de una vida material. Que si somos sinceros así como el juego,  si le preguntáramos a 100 mexicanos que prefieren: una vida sin lujos pero honrada y llena de satisfacción espiritual o una vida de abundancia económica y material pero sacrificando los valores, les aseguro que tristemente una gran mayoría preferirían la segunda opción.

¡Ojo!, nunca generalizo ni mucho menos pinto un panorama de total negatividad porque sé perfectamente que en nuestra diversidad  encontramos de todo pero si es puntualizar en aspectos que claramente nos tienen sumidos en un atraso social del cual parece no quisiéramos salir. Obstáculos van a haber muchos en la vida, injusticias tristemente las encontraremos a manos llenas pero todo eso no quiere decir que lo tengamos que agarrar para excusar nuestra falta de deseo por realmente trascender. La solución está en nuestras manos, nuestro linaje proviene de sangre de grandes guerreros, aquellos que mestizos somos, nos combina lo ancestral pero con una idiosincrasia muy particular de nuestro país. El ser Mexicano es algo para enorgullecernos, nuestra patria es esplendorosa, hermosa como pocas en el mundo pero también sui géneris en aspectos que no necesariamente nos ponen siempre en alto. El día que entendamos que la grandeza la tenemos, que con una tierra por demás bendecida contamos y que el día que nos propongamos lograremos ser exitosos como nación, ese día vislumbraremos el México que tanto anhelamos.

La primera conquista exitosa que debemos de buscar, es la espiritual, el reflexionar, el entrar a un estado de inflexión en donde comprendamos que para realmente triunfar tenemos que dejar atrás todo aquello que malamente arrastramos, las malas costumbres solo duraran el tiempo que las procuremos pero se erradicaran en el momento que exista un despertar intelectual y una clara idea de lo que somos y de todo lo que valemos.

El éxito no surge espontáneamente pero hay que dar ese primer paso firme para cimentar una nueva actitud y por ende mejores tiempos para todos.

Felicitación

¡Felicidades a todos los Padres amorosos, respetuosos y cumplidos, hoy en su día, en hora buena!

Translate »