Peligro…

Peligro…

¿Qué está sucediendo, por qué tanto accidente?, es lo que nos preguntamos cuando vemos que no hay día en que no se registren hechos lamentables, donde queda gente lastimada o se pierden vidas de personas.

De acuerdo a versiones recabadas por las autoridades de testigos en accidentes viales dan como resultado que ya no es el alcohol el principal culpable de los mismos sino que la borrachera ha sido sustituida por los dispositivos móviles.

Por lo general los accidentados o los que provocan el 70 por ciento de los accidentes textea, ven sus redes sociales y, lo peor, es que no solo le sucede a los automovilistas, hasta en el hogar se registran siniestros debido a que la gente tiene su atención en las redes sociales.

Fatales accidentes se han registrado últimamente en la vía pública, choques donde pierden la vida personas que no habían injerido ni una gota de alcohol pero que en su dispositivo móvil aparece una conversación del momento o el último visto de una publicación en las redes sociales.

Lo peor es que no son los conductores de los vehículos los que pueden ocasionar el accidente al distraerse texteando, igual personas cruzan las avenidas sin percatarse del peligro, sin poner atención en su seguridad porque llevan toda su atención puesta en su celular.

Todos los días vemos el problema, hasta ya caída la noche van jovencitos caminando como autómatas, con todos los sentidos puestos en su dispositivo sin percatarse lo que sucede a su alrededor porque a veces a parte de ir texteando, traen audífonos, van alejados del mundo y descuidando su propia integridad física, sin detenerse a pensar que después de un accidente ya nada es igual.

Aunque muchas son las recomendaciones de las autoridades y hasta se han emprendido campañas de si manejas no textos, seguimos con la práctica, como si se acabara el mundo si no se responde inmediatamente un comentario, que en ocasiones ni nos incumbe, en las redes sociales.

Obviamente no son culpables las redes sociales o los dispositivos móviles, ellos hacen su función, está en cada quien saber hasta donde les pone atención o les utiliza responsablemente.

¿Qué puede suceder si no se le contesta un mensaje o no se entra a las redes sociales cuando se maneja, atiende a sus hijos o realiza una actividad delicada?, nada, y eso es lo que se debe hacer, priorizar la vida propia y de nuestros seres queridos ya que la misma no puede colgar de un like.

Luego queremos culpar a otros de lo ocurrido aunque se tenga parte de culpa pero el dolor físico, la perdida de una función de nuestro cuerpo o un ser querido, con nada se repara, ni echando responsabilidades a otros, de ahí que debemos hacer conciencia, ser más responsable, cuidar nuestra seguridad y la de quienes nos rodea, si no hay urgencia prestar atención a nuestro entorno y dejar descansar tantito los dispositivos móviles, total los comentarios o publicaciones están ahí y a cualquier hora del día se pueden ver o contestar, lo principal es nuestra integridad cuidar.

Los conductores no crean que porque es libre no puede haber despistados que se crucen en su tránsito y los peatones no deben de pensar que el automovilista su coche detendrá porque así es como suceden también los accidentes, más cuando los dos protagonistas van atentos a su celular.

La responsabilidad es compartida.

Gastos económicos, perdida de bienes y hasta libertad se pueden dar cuando se provoca un accidente o, cosa peor, quedar sin movilidad, mutilado o sin vida y todo por atender más al celular que nuestra seguridad.

Las redes sociales son una buena herramienta de comunicación pero se deben utilizar con mucha responsabilidad para que estas no terminen quitándonos, además del tiempo, nuestra estabilidad económica, emocional, social y en casos peores hasta la libertad o la vida.

Los miles de accidentes ocurridos en los últimos tiempos donde los dispositivos móviles fueron coparticipes son para reflexionar cuáles son nuestras prioridades, si queremos estar conectados con el mundo sin medida y hasta metiéndonos en vidas ajenas por morbo o diversión o cuidar lo nuestro.

Es necesario darnos cuenta donde queremos estar, también que  para todo hay tiempos y espacios, lo más importante es continuar sanos y en este mundo y no que en las redes de muerte nuestra vida vaya a parar.

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