Privilegiados

Con el sonado bono navideño de los diputados, pasó lo que generalmente pasa en este país con los asuntos que tienen que ver con gobierno y política: En los primeros días corren ríos de tinta, se generan millones de comentarios, y ya después, pasa al archivo muerto.

Y nada, que el ingreso llamado pomposamente “subvención extraordinaria”, cuyo debate entre lo ilegal y lo inmoral nos ocupó por varios días, ya pasó, ya los legisladores salieron de vacaciones, y solo se tiene el registro de menos de 80 diputados que tuvieron a bien rechazar el cheque, entre ellos un par de tamaulipecos.

Habría que recordar que los legisladores, a diferencia de cualquier trabajador o empresario en México, no pagan impuestos, que sus 73 mil pesos de dieta , sus 45 mil por asistencia legislativa, sus 28 mil por atención ciudadana, sus 14 mil para apoyo de transporte, y sus 140 mil de aguinaldo, se van directos y sin descuentos a sus cuentas bancarias.

Conforman una clase privilegiada, que además cuenta con  un fondo de retiro, seguros de vida, seguros de gastos médicos mayores y hasta vales de gasolina, por eso no saben lo que significa en la vida diaria, por ejemplo, un incremento a los combustibles, ni una incursión al IMSS.

En un país con millones de trabajadores con salario mínimo, con otros tantos agobiados por la pobreza, resulta insultante la cantidad de prebendas que sin pudor alguno, se auto otorgan este grupo de afortunados.

Y ya pasó la tormenta. En un unos cuantos días el tema perdió vigencia, pues ellos son los amos y señores de uno de los tres poderes del estado mexicano. Y sanseacabó.

Por último, algo que también solo vemos pasar y nada podemos hacer: El INE aprobó recursos para los partidos políticos, y ahí no hubo recorte, sino más bien, incremento; Para el 2017, nuestros partidazos, se repartirán 4 mil 138 millones de pesos, a diferencia de los 3 mil  953 de este año.

Privilegiados.

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