Rodolfo Torre a 5 años del adios

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Carlos Cortes/Reporte Tamaulipas
Lunes, 29 de Junio del 2015 

Este domingo se estarán cumpliendo cinco años de que las balas de la sinrazón, de la estupidez, del odio sin sentido, cegaron la vida de un tamaulipeco ejemplar que sólo se propuso trabajar por Tamaulipas y por su gente y trabajar mucho. Este domingo se cumplen ya cinco años de la desaparición física del buen amigo Rodolfo Torre Cantú, buen hijo, buen padre, buen esposo, buen político. Hombre de gran corazón que, como el Cid Campeador, ganó la gubernatura de Tamaulipas montado en su corcel, gubernatura que no pudo ejercer ni cumplir sus compromisos a los miles y miles de tamaulipecos que le dieron su confianza y votaron por él. Este domingo se cumplen cinco años que Rodolfo dejó a su familia, a su esposa y a sus hijos, y también nos dejó a sus amigos.

 Quienes tuvimos la suerte de conocer al Doctor, como cariñosa y respetuosamente le llamamos, incluso hasta al día de hoy, sabemos de la calidad humana de Rodolfo, sabemos de sus sueños y aspiraciones y del Tamaulipas que tenía dibujado en su cabeza y en su corazón: un Tamaulipas justo, seguro, económicamente viable, pero sobre todo, Rodolfo tenía planeado trabajar por conseguir un Tamaulipas con mejores oportunidades para todos, lo que por desgracia no logró, las balas de la sinrazón no le permitieron construir el estado que él deseaba. Rodolfo compartía con miles de tamaulipecos, un profundo sentimiento en común: era orgullosamente de Tamaulipas y amaba con todo su corazón esta maravillosa tierra que lo vio nacer.

 Han pasado cinco años desde aquella trágica mañana del lunes 28 de junio de 2010, en que como reguero de pólvora  empezó a circular por todo el estado y el país, la triste noticia del asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas. Muchos proyectos, junto al de Rodolfo, se vieron truncados con su muerte. Una campaña feliz, alegre, una campaña de propuestas que llevó el Doctor a todos los municipios del estado, de tajo se silenció: no se volvió a hablar de los sueños de Rodolfo, no se volvió a hablar del clima de seguridad que Rodolfo quería construir en el estado.

 Después de la muerte del Doctor, nada será igual. Ni para su esposa, ni para sus hijos ni para sus amigos, ni para los tamaulipecos de bien: el hecho de que haya calles que lleven su nombre, el hecho de que instalaciones públicas y hospitales se llamen como él, el hecho de que existan medallas al mérito en su honor, nada, lamentablemente nada de eso, podrá volver el tiempo atrás y regresarle la vida al Doctor. A Rodolfo en este mundo no lo volveremos a ver ni a escuchar.

 Lo que más duele a esta distancia de aquel fatídico día es que no se sabe quién, ni se sabe por qué. Desgraciadamente la justicia que aspiraba dejar en Tamaulipas, esa justicia que soñó con dejar a los tamaulipecos, es la misma justicia que al día de hoy no ha logrado esclarecer su muerte. Y eso duele. Duele profundamente en el alma a su esposa, duele a sus hijos, duele a quienes fueron sus colaboradores, duele a sus amigos, duele a sus seguidores y duele a quienes soñábamos con verlo gobernando Tamaulipas.

 Pero el paso de Rodolfo por este mundo no fue inútil. Hizo muchas cosas a lo largo de su vida, en lo personal y en lo profesional. Ayudó a quienes pudo, tendió la mano a quienes lo necesitaban, escuchó a quienes se lo solicitaban. Rodolfo siempre pensó en los demás y los apoyo en la medida de sus posibilidades. Y por eso, por sólo poner un ejemplo, Rodolfo logró diseñar el exitoso programa de combate al dengue, programa reconocido a nivel nacional e internacional y que fue replicado por sus buenos resultados en otros estados del país. Rodolfo fue un hombre bueno, de buenos sentimientos, de acciones positivas y de resultados, siempre preocupado por ayudar a sus semejantes.

 Han pasado cinco largos años desde la desaparición física del Doctor Rodolfo Torre Cantú. Y aunque para los que le queremos, el dolor seguirá presente en nuestros corazones, quedará para siempre el legado de sus hechos y acciones para la posteridad y para la historia. Y lo que prevalece en el ánimo de la sociedad de Tamaulipas, de la gente, es esperar que la autoridad diga quién y por qué. Si todo crimen es innecesario, es absurdo, el de Rodolfo lo fue más. Rodolfo sólo quería gobernar Tamaulipas, quería seguir sirviendo desde la oficina principal de Palacio de Gobierno, quería engrandecer a su estado, a su tierra, a su pueblo. Rodolfo ganó el Gobierno de Tamaulipas y no lo dejaron ejercerlo. De haberlo hecho, Tamaulipas sería hoy más grande. Hasta donde esté, siempre lo recordaremos con afecto, amistad y admiración. ¡Descansa en paz, Doctor Rodolfo Torre Cantú!

 Gracias por recibirnos. Sus comentarios son bien recibidos en nuestro correo electrónico hipódromo.politico@gmail.com. Y también estamos en twitter @ccortesgarcia.

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