Una revolución para hacer mejores vacunas

La elaboración de mejores vacunas contra la influenza se reduce a prescindir de la tecnología de la década de 1940, según la compañía biotecnológica CSL, que dice que su nuevo método de producción puede ofrecer una mejor protección.

Flucelvax, una inmunización producida por la unidad Seqirus de CSL con tecnología basada en células, fue 36.2 por ciento más efectiva en la prevención de enfermedades similares a la gripe el invierno pasado que las vacunas convencionales hechas con huevos de gallina, dijo la compañía con sede en Melbourne en un estudio publicado el viernes.

La vacunación es reconocida como la mejor manera de protegerse contra la enfermedad respiratoria, que mata a unas 650 mil personas al año. Aun así, la efectividad de la vacuna varía de un año a otro, dependiendo de la cercanía de la coincidencia entre los virus circulantes de esa temporada y la vacuna, que generalmente se reformula anualmente.

Si bien los huevos se han utilizado para cultivar el virus de la influenza para fabricar vacunas durante décadas, los científicos han descubierto que una vez dentro del huevo, la influenza tiende a sufrir cambios adaptativos que la hacen más adecuada para los pollos, no para las personas. La multiplicación de los virus de la vacuna en cultivo de células de mamíferos pretende evitar ese problema.

“Esto es un verdadero avance”, dijo Paul Perreault, director ejecutivo de CSL, en una entrevista telefónica. “Las tecnologías basadas en células están mostrando efectividad. Tienden a tener mejor coincidencia y ayudarán enormemente en la confianza para que los consumidores salgan y se vacunen”

La perspectiva de una mejor protección tiene un costo mayor. Seqirus, que es el mayor productor de vacunas contra la influenza basado en células del mundo, dijo que Flucelvax tiene un precio de lista de 20.47 dólares por una dosis estándar de 0.5 ml, un poco más que las opciones basadas en huevo como Fluzone, Fluarix y FluLava.

“Pequeña prima”

“Hay una pequeña prima en las vacunas basadas en células, y debería haberla si es más efectiva”, dijo Perreault.

Seqirus fabricó 21 millones de dosis utilizando la tecnología durante la temporada 2017-2018 en una planta en Holly Springs, Carolina del Norte. Un programa de mejora de procesos aprobado recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos permitirá aumentar la oferta y responder más rápido en caso de una pandemia de influenza o escasez de vacunas.

“Con las vacunas basadas en huevos, se necesita ordenar más huevos y se necesitan más pollos”, dijo Perreault. “Pero las células se pueden generar de inmediato”.

La compañía recopiló registros médicos electrónicos de 92 mil 192 personas que recibieron una vacuna basada en células y un millón 255 mil 983 personas que recibieron una vacuna basada en huevos durante la última temporada de influenza entre el 1 de agosto de 2017 y el 31 de marzo de 2018. La población de la muestra incluía pacientes estadounidenses mayores de 4 años que recibieron algún tipo de vacuna contra la influenza en la atención primaria.

La última temporada de influenza 2017-2018 en América del Norte, en la que dominó la cepa H3N2, fue especialmente mala y condujo a unas 900 mil hospitalizaciones y a 185 muertes pediátricas, solo en Estados Unidos.

La vacuna de la temporada pasada redujo en un 40 por ciento el riesgo general de una persona de tener que buscar atención médica especializada por una enfermedad similar a la gripe, dijeron este mes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Atlanta. La efectividad para la cepa H3N2 fue del 25 por ciento.

Los llamados cambios adaptativos al huevo de los virus utilizados en la vacuna podrían haber contribuido. Ese método de producción fue descubierto por el ganador del Premio Nobel Frank Macfarlane Burnet en Melbourne en la década de 1940 y desde entonces es utilizado habitualmente por los fabricantes de vacunas.

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