Ayotzinapa, a un año

Lunes,28 de Septiembre del 2015 /www.reportetamaulipas.com 
    Martin Sifuentes  
Columna: En Vivo  

Al cumplirse ya un año de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, la crisis de credibilidad que arrastra el gobierno federal, se agrava y ahonda. Los familiares de las víctimas cumplen 12 meses en medio de la angustia, mientras que el gobierno se afana en demostrar una “verdad histórica” que parece insostenible.

Sin duda este asunto sin resolver, será considerado a futuro como el rasgo distintivo de este sexenio, que queriendo ser el de las reformas, el de los cambios y la transformación, camina ahora por el sendero del fango y del terreno suelto.

Y aún y cuando haya algunos que piden repartir las culpas, intentando recordar que en Iguala y en Guerrero, había gobiernos perredistas, que prácticamente no han sido mencionados, y que toda la culpa se la atribuyen al que encabeza Peña Nieto, hay que señalar que esto nace desde que hubo una incapacidad para detectar y desalentar la infiltración de la delincuencia en gobiernos municipales y sus policías.

Lo de Guerrero, es lo mismo que lo de Jalisco, Estado de México, Veracruz o Tamaulipas, en donde se permitió hace años, algo que nunca debió darse, y que dio como consecuencia el crecimiento de la impunidad y la violacion de derechos humanos.

 En la corresponsabilidad acompañan al estado mexicano, instancias como partidos políticos, dependencias estatales, presidencias municipales y un sinfín de autoridades civiles y policiacas de todos los niveles que de una u otra forma contribuyeron a la formación del monstruo que hoy se quiere comer a México entero.

Ayotzinapa es tan solo un botón de muestra. Es si, la mayor tragedia en este sexenio, pero no dista mucho de otros casos en los que miles de mexicanos han sido víctimas de desapariciones forzadas.

Su esclarecimiento total deberá ser el gran compromiso de este gobierno, pero sin olvidarse de otros tantos miles de casos, que al igual que los normalistas, se esfumaron un día y nadie supo más de ellos.

La ausencia de una conclusión oficial, los refutados resultados de una cuestionada investigación, debiera ser el punto de partida para intentar revertir el camino, y que esa voluntad expresada recientemente por el propio presidente, en favor de la verdad, tendría que convertirse en resultados concretos.

La creación de una fiscalía especial no parece de entrada ser el camino correcto, experiencias pasadas con entes similares nos dicen que ello solo enreda más las madejas.

Justicia para los familiares de 43, o de 10 mil, es el gran compromiso, el reto, para de esa manera evitar que siga el deterioro en lo social de un país que está herido y sangrante.

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