Casi a punto, Tamaulipas

Lunes,02 de Noviembre del 2015 /www.reportetamaulipas.com   
  Martin Sifuentes 
  Columna: En Vivo 

Para los priistas tamaulipecos, la sucesión gubernamental se “juega” en la cámara de diputados, en palacio de gobierno de Ciudad Victoria y por supuesto, en la sede nacional de su partido y en los Pinos.

Llegó el mes de noviembre y ninguno de los aspirantes se ha hecho a un lado, sino más bien han apretado el paso.

Unos al modo antiguo, otros con modas cibernéticas, pero lo cierto es que es evidente que todos tienen permiso para hacer una especie de campaña, que a todos se les ha abierto la puerta para salir al ruedo y medir sus fuerzas.

La lectura que se le puede dar a esto es que no hay un favorito, ni en los Pinos, ni en Insurgentes 59. Que probablemente solo en la residencia ubicada en la salida a Monterrey, en la capital del estado hay  ya una definición, pero que tendrá que ser sometida a un consenso muy privado en las próximas semanas.

Con el transcurrir de los días de noviembre, ya necesariamente  tendremos que ir captando las señales. En el momento en que uno, dos o tres de la larga fila diga públicamente que declina a sus aspiraciones, nos quedaremos solo con los verdaderos finalistas. Tendrá que venir después, o casi inmediatamente, la toma de una decisión.

No debe pasar de este mes para que las cosas sean más claras.

Por el bando panista, son menos las barajas, lo que en cierto modo facilitará la definición, que como es bien sabido, será a través de una designación directa del Comité Ejecutivo Nacional.

El senador parece tener el mayor número de canicas en el bolsillo.

Sin embargo, una inesperada alianza de los otros dos aspirantes mueve los hilos hasta la Ciudad de México y hace pensar en un revire en quienes definirán el caso Tamaulipas.

Para Acción Nacional, no es cosa de equivocarse. El estado tamaulipeco es uno de los muy pocos que quedan en México, que nunca ha tenido alternancia, y que dadas  las circunstancias políticas del momento, es posible ganar.

Los blanquiazules lo saben. Y están conscientes de que nunca podrían haber estado en mejor condición de triunfar en Tamaulipas, que en la elección del 2016. O sea, están ante el “ahora o nunca”.

Para ambos partidos, los únicos que tienen representatividad en el estado, solos o en alianza, los comicios del próximo año serán los más importantes de su historia en esta región.

Por un lado, están los que no quieren perder su hegemonía histórica, el control político y todo lo que eso conlleva.

Por el otro, los que quieren entrar por primera vez a gobernar una entidad que les resulta muy atractiva políticamente, y que ciertamente ya han ganado, aunque en elecciones federales.

Tamaulipas es solo una de las 12 gubernaturas  que estarán en disputa el próximo año. Quizá habrá otras con mayor número de electores o de mayor trascendencia política, pero lo cierto es que nuestra entidad, aún con toda su complejidad social y económica, aún con su grave problemática de seguridad pública,  encierra una importancia singular tanto para el priismo, como para el panismo.

Ganar o perder aquí, no es cualquier cosa.