‘El poder corrompe’

la republica

Felipe Berrones/ReporteTamaulipas
Miércoles,Agosto/26/2015 

 

Matamoros,Tamaulipas.-Cuando las instituciones no son verdaderamente democráticas y transparentes,  se hace cierta esa frase de que ‘el poder corrompe’. Sólo en México,  dice  “La Secretaría de la Función Pública (SFP)”, se  sancionará a cinco mil 460 servidores públicos por actos irregulares dentro de la administración pública federal. Todo indica que la corrupción es inherente al sistema político mexicano, pero no sólo debería preocuparnos la corrupción nacional, sino también la internacional que prevalece en México. Así también la de nuestro Estado.

En nuestro Estado  se  da la impresión de que la gente normal  que tiene una nomina y    paga sus impuestos,- persona que cumple cabalmente con sus impuestos-, cuentan con  un transporte público muy pésimo, además  cuenta con  una educación y salud –verdaderamente- degradada.  Y sin embargo (de alguna manera) los que participan de esa estructura burocrática Federal, Estatal y Municipal, son los que favorecen la corrupción;  son las elites políticas.

Cada vez que un político llega a ocupar un cargo público parece que hay toda una estructura de privilegios, de sistemas de confianzas, que de cierta forma colocan al pueblo en un umbral de desigualdad social -realmente abrumadora-;  esta es la realidad social actual. En virtud de este fenómeno social, la gente normal no tiene derecho de participar en esas redes clientelares de la política.

Vivimos en una realidad burocrática “orgánica”, en la que los sindicatos parecen ser la antítesis de la democracia, pero en realidad son igual o en un nivel más elevados de corrupción.  Ejemplo de ello la maestra Elba Ester Gordillo, un caso de corrupción femenino. …¿Que nuestra realidad pueda ser transformada?, (Quizá) la solución pudiera ser la política y su sistema; pero tal cosas no es así. Apelamos a la lógica de la política, cuando lo que  en realidad lo que hace es volverse sistemática e incongruente. Que por supuesto no debemos adoptar como cultura.

 Partiendo de esta idea, tal parece que en nuestra sociedad,  unos pocos entran al engranaje político,  y otros terminan por trabajar en condiciones inferiores en nombre del principio de la división del trabajo.  Me niego a pensar a que,  el cargo público,  se tiene que moverse entre la heroicidad y la indignidad;  es decir hay creo que existen más posturas de hacer política, pero está no debe ser la forma sistemática de hacer política.  

Evidentemente, la estructura que vemos desde afuera sobre la política es modo operandi de hacer política,   en el que los que esperan impacientemente son las empresas de todo rasgo,  tipo y cualidad, para hacerle honor al concepto de “corrupción”. Y que esto funciona continuamente, y además el pueblo le da legitimidad; lo malo es que a partir de este modo operandi se instrumenta el rol que va a jugar la política.

Nosotros como espectadores sólo vemos pequeñas parte de lo que está ocurriendo en un obra de teatro, pocos miran lo que hay detrás del telón,  -refiriéndome a la corrupción.  Es importante seguir creando leyes que fortalezcan el estado de derecho, pero también que quite derecho a lo que hacen de él una traición a la patria.

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