EPICENTRO/ Fraternal Amistad

Por: Juan Manuel Martínez Ferretiz/

Matamoros, Tamaulipas.- Previo a que rindiera su Segundo Informe de Gobierno, el tamaulipeco Egidio Torre Cantú dejó con la boca abierta a miles de personas en el Poliforum de Ciudad Victoria. Pues a su llegada al recinto, como es su costumbre; el mandatario saludo a familiares y amigos, políticos, líderes sindicales, otros gobernadores que lo acompañaron en tan magno evento así como a cada presidente de partido, sin embargo, fue muy efusivo cuando se encontró con Emiliano Fernández Canales, presidente del CDE de Movimiento Ciudadano.
Sin permuta o pena alguna, además del caluroso abrazo que dejo observar la amistad que se tienen, el gobernador Egidio Torre Cantú le tomó la corbata a Fernández Canales en forma de un jaloneo juguetón ….. y la deslizo entre su mano al tiempo que le decía: “me da mucho gusto verte cabrón y ese color naranja te queda muy bien (sic)”.
Emiliano Fernández es de Matamoros. Su trabajo político ha sido real y no como el de otros personajes que se dicen servidores públicos. Aunque en alguna ocasión me tocó criticarlo es de sabios reconocer que su trabajo proselitista no es simulado, y no hay mayor ejemplo que las obras sociales que ha hecho a lo largo del Estado.
Esta muestra de afecto que demostró el gobernador a Emiliano dejó a muchos anonadados. Nunca pensaron que este singular y polémico político tamaulipeco… también empresario restaurantero se llevara de “a cuartos” con Egidio Torre. Osease que habría que observar los movimientos de esa balanza.

EL QUE VIENE

Si las versiones son ciertas, el encuentro entre Enrique Peña Nieto y Barak Obama en el salón Oval de la Casa Blanca determina un nuevo rumbo en las relaciones México-Estados Unidos.
Este cambio de estrategia en cuanto al relanzamiento de las relaciones económicas, comerciales y financieras así como un tratamiento distinto a las conflictivas áreas del combate al narcotráfico y de la migración estarán determinadas por la crisis global y la necesidad de reforzar todo lo que significa el enorme conglomerado de posibilidades de América del Norte: Estados Unidos, México y Canadá.
El tratamiento distinto a las relaciones de los tres países esta ya determinado por los acuerdos y las acciones que están surgiendo ahora mismo entre las naciones que integran la Unión Europea, unión que en la siguiente década va a resurgir como el más importante polo político y económico en el mundo occidental.
Ese polo, que creará un contrapeso al poderío emergente de China y las naciones de oriente -Japón, Corea del sur, Singapur, etc-, requiere que México, Estados Unidos y Canadá logren finalmente encauzar diferencias y conformarse como la “otra” gran área de producción industrial y el gran mercado que representa sus casi 600 millones de habitantes con su enorme y pujante Producto Interno Bruto regional.
Esta nueva “relación” entre Estados Unidos, México y Canadá requiere del fortalecimiento y homologación de las políticas de defensa de los derechos humanos, de clarificar y democratizar sus procesos electorales, y sus instituciones de rendición de cuentas.
De todo esto se desprende la importancia del encuentro Peña Nieto y Obama y los acercamientos de sus respectivos equipos.
Aparte de que es un reconocimiento mundial a su investidura.

LOS MENCIONADOS

¡Quienes son los mencionados?
En el escenario nacional los nombres transitan en los medios de una a otra posición.
El último: Jesús Murillo Karan, el hidalguense operador político de primera pero que no le puede seguir haciendo sombra a Flavio Manlio Beltrones, por lo que lo que se menciona se sale de la cámara para irse a la PGR.
Lo cierto es que está cercana la fecha en que se conocerán los nombres de los personajes que formarán parte del gabinete presidencial de Enrique Peña Nieto y que significa el regreso del PRI a Los Pinos, aumenta el nerviosismo entre los que mantienen aspiraciones para ocupar una de esas vacantes.
Las secretarías que antes mantenían como secreto de Estado el relevo en los altos mandos, son las que en la actualidad mantienen mayor efervescencia y sostienen una guerra interna entre varios de sus aspirantes.
Almirantes y generales divisionarios iniciaron con bastante antelación sus propios sondeos, para definir a cuál de ellos debían apoyar, formándose distintos grupos de apoyo para unos y otros. La disputa es sorda y deja cicatrices que no se advierten desde afuera, pero que en el interior son muy visibles.