Miércoles, 19 de Febrero 2014 / www.reportetamaulipas.com
Martín Sifuentes
Columna: En Vivo
La regla en México, es que los ex presidentes se mantengan callados, al margen y que pasen desapercibidos.
Se trata de una regla no escrita, que era considerada casi un mandato. Y en tiempos pasados se cumplía.
Diaz Ordaz, Echeverría, Lopez Portillo y De la Madrid, se mantuvieron al término de su sexenio, casi en la oscuridad y en pleno silencio. (Aun a pesar de que Diaz Ordaz fue efímero embajador en España y De la Madrid, director del Fondo de Cultura Económica)
Carlos Salinas, después de dejar la presidencia, gozó y sigue gozando con una constante aparición en los medios; Ernesto Zedillo, se ha mantenido en cierto grado de discreción, pero de vez en vez declara y se hace el aparecido.
Vicente Fox, desde su feudo en Guanajuato, aprovecha cuanta oportunidad tiene para lanzar declaraciones absurdas y opinar sobre los más diversos temas.
En las últimas semanas, Felipe Calderón, ha sido noticia, porque usando su presunta Fundación, intenta meter mano en el relevo de la dirigencia de su partido.
Y Salinas, volvió a la carga, para protagonizar un intercambio de calificativos con quien fuera uno de sus hombres más cercanos, Manuel Camacho Solís.
Los ex presidentes, se sienten con el derecho de opinar, de decir, de inmiscuirse en asuntos de la nación, faltando a esa regla de oro del sistema político mexicano.
Y solamente, Enrique Peña Nieto, desde la Presidencia de México, es el único que puede y debe ponerles un alto a su protagonismo y exigirles respeto.
Deben entender que sus tiempos ya pasaron, que la historia se está encargando de su juicio y que ninguno de ellos tuvo un brillante desempeño como titulares del poder ejecutivo mexicano.
Y todavía nos cuestan.
Si bien es cierto que Zedillo y Salinas, renunciaron a su pensión como ex presidentes, aún siguen recibiendo un presupuesto para su personal de apoyo.
Los ex presidentes vivos, generan un gasto de por lo menos 40 millones de pesos anuales.
Felipe Calderón, tiene un ingreso bruto de 205 mil 122 pesos mensuales, pues el si sigue cobrando. En total, recibe dos millones y medio al año. Esto, independientemente de la nomina de 19 personas a su servicio, que nos cuestan 9 millones de pesos al año. O sea, calderón, es un ex presidente demasiado caro.
Por todo esto, ¿no sería mejor que estuvieran callados esos nostálgicos del pasado?
Be the first to comment on "Habladores nostálgicos del pasado"