Hermanos sinaloenses son condenados a muerte a pesar de la falta de pruebas, en Malasia

Por: Agencias /

Culiacán, Sinaloa.- Tres miembros de la familia González Villarreal, todos ellos hermanos, fueron condenados a muerte por el Alto Tribunal de Malasia por el delito de narcotráfico y esperan que se resuelva su juicio de apelación, interpuesto por su abogado Kitson Foong, el proceso judicial se pospuso hasta el 14 de agosto de 2013, en la Corte de Kuala Lumpur.

El juez Mohamed Zawawi, revisará la apelación y tiene dos posibilidades: otorgarles la libertad debido a la carencia de pruebas contundentes o ratificar la sentencia.

Los hermanos fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 en los patios de una fábrica de anfetaminas y condenados a la horca el 17 de mayo de 2012, después de cuatro años en la cárcel de Johor Bahru. Kitson Foong, su abogado malasio, aforma que el proceso se encuentra viciado.

Si el juez ratifica la sentencia, sólo podrían formular una última petición: una súplica al sultán, quien nunca ha concedido el perdón.

La investigación realizada por la policía antidrogas de Malasia, persiguió a una supuesta célula de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, fabricante de anfetaminas en Johor Bahru. De ella resultaron detenidas 13 personas, de las cuales, solo permanecen cinco: los tres mexicanos, originarios de Sinaloa, un malayo y uno más de Singapur.

Los sinaloenses son parte de una familia que se dedica a la fabricación de ladrillo, una industria que ha venido a la baja por los insumos que se requieren para su fabricación.

Los detenidos son José Regino, de 34 años de edad; Simón, de 37 y Luis Alfonso, de 45 años, hijos de Héctor González y María del Carmen Villarreal. Los tres cuentan con diplomas de bachillerato cursado en la Preparatoria Central de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Los supuestos contratistas que quedaron libres por falta de pruebas son: Jorge Enrique y Jesús Alfonso, quienes tuvieron el encargo de contratar a los hermanos González Villarreal. Lo que hasta ahora se sabe es que los cinco condenados no tenían acceso a la habitación que se encontraba cerrada, donde supuestamente se procesaban las anfetaminas.