LA DECISIÓN 2015 :

Martes, 16 de Septiembre 2014 / www.reportetamaulipas.com
Héctor Garcés
Columna: El Kiosko

Una vez que los alcaldes rindieron sus informes de gobierno, comienza, ahora
sí en serio, la primera etapa para evaluar, diagnosticar y medir las posibilidades
de cada una de las cartas que se colocan sobre cada uno de los distritos de
Tamaulipas.
En el PRI estatal tienen la encomiendan de recuperar ¡¡¡6 diputaciones
federales!!! La cantidad todavía luce impresionante, si bien el contexto será
muy diferente al registrado en el proceso presidencial de 2012, cuando el
tricolor tamaulipeco sufrió la peor derrota de su historia.
Aquella ocasión, el Revolucionario Institucional no sólo tropezó en los distritos
de Tampico, Madero, Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y Río Bravo, sino
que también perdió las dos senadurías, una de ellas con el acérrimo adversario
del sistema político priista estatal: el panista Francisco Javier García Cabeza de
Vaca.
La estrepitosa derrota aún cala hondo en el orgullo del priismo, un partido que
busca recuperar los asientos en el Congreso de San Lázaro en la elección del
próximo año y, de paso, dejar en claro su supremacía en las urnas
tamaulipecas rumbo al proceso electoral de 2016 en que se disputará la
gubernatura de Tamaulipas.
Al interior del sistema político priista el debate se centra, en buena medida, en
dónde se tomará la decisión y cuál será el perfil para designar a los candidatos
del PRI a las 8 diputaciones federales que componen el territorio del estado.
Las preguntas son elementales: ¿Será tomada en cuenta la voz y el consejo de
Ciudad Victoria o prevalecerá la línea fijada por Los Pinos? ¿Los candidatos
llegarán de la estructura del gobierno federal o también se tomará en cuenta a
los prospectos locales que tienen contacto diario y frecuente con los electores
del distrito?
Si es bien aplicado y utilizado, un instrumento de medición que por lo regular
nunca falla es la encuesta. Se reitera: si es bien aplicado, el sondeo de opinión
pública recopila información privilegiada y fundamental para la toma de
decisiones.
Por ejemplo, las encuestas deben realizarse en el campo, en el territorio, casa
por casa, cara a cara, con datos de control sobre los sectores que se

entrevistan… y no vía telefónica, como algunos lo están haciendo, ya que dicha
metodología es muy imprecisa y, peor aún, cada vez se usa menos el teléfono
en los domicilios ante la creciente demanda de los celulares.
Las encuestas no sólo deben arrojar quién es el político más popular o el más
conocido entre los diversos segmentos del mercado electoral, sino que también
van enfocadas a conocer lo que quiere el electorado de un candidato, a fin de
definir su perfil. Eso es lo más importante en esta etapa.
Es decir, ¿los ciudadanos prefieren en este momento a un hombre o a una
mujer en una diputación federal? ¿quieren a alguien con experiencia que
garantice efectividad legislativa o una cara fresca que renueve la esperanza de
que las cosas pueden mejorar? ¿desean a alguien con estrechos vínculos con
el poder federal para atender con prontitud asuntos relevantes como la
seguridad pública o apuestan por un personaje con múltiples conexiones
locales?
Es evidente que el régimen presidencialista priista busca reactivar sus
esquemas de control operativo a lo largo y ancho del país, territorio en el que
se generó un vacío político ante la falta de experiencia y capacidad para
gobernar durante los 12 años en que el PAN ejerció o, mejor dicho, pretendió
ejercer el poder.
En los dos sexenios blanquiazules, el de Vicente Fox y el de Felipe Calderón, la
presidencia de la república vio sensiblemente disminuida su fortaleza, una
presencia carcomida por la frivolidad, la negligencia, el capricho, la terquedad y
la ignorancia.
En esos dos sexenios, en la medida en que el poder presidencial disminuyó y
se deterioró, creció el poder real de diversos grupos: las televisoras, los líderes
sindicales (Elba Esther Gordillo fue el caso más patético y absurdo), los
mandatarios estatales y, por supuesto, las bandas de la delincuencia
organizada y el narcotráfico.
Por esa razón, los presidentes de extracción panista nunca pudieron con el
paquete de problemas que representó el país, ya que nunca fortalecieron el
andamiaje institucional (¿recuerdan, por ejemplo, ‘la cena de negros’ en que se
convirtió el Instituto Federal Electoral (IFE)?).
Con el regreso del PRI a Los Pinos, ya existen muchas señales, muy claras, de
que la presidencia de la república busca retomar el control del país y restaurar
los daños generados por el vacío político. Es, sin duda, una visión centralista
que ha caracterizado a la cultura mexicana.
Sin embargo, el gran dilema para el hombre de Los Pinos, en su relación con
su partido político, será el siguiente: ¿si quiere obtener la mayoría absoluta del
Congreso de San Lázaro el próximo año, deberá designar directamente a los
candidatos a diputados federales, o tendrá que escuchar y tomar en cuenta lo
que se dice en cada estado, en cada región y en cada distrito?
Ese es el dilema que persigue al PRI del siglo 21. Lo más seguro es que se
opte por un esquema compartido: los hombres y las mujeres que en realidad
forman parte del equipo del hombre de Los Pinos llegarán a los distritos o a las
gubernaturas con todo el apoyo y el respaldo que caracteriza al régimen priista,
mientras que, en otros casos (menos relevantes desde la óptica nacional), se
dejará que la selección de los prospectos se realice a nivel local, siempre y
cuando cumplan con lo que los electores quieren de un candidato.
Así se observa la decisión 2015, una decisión que se tomará en Los Pinos,
pero que deberá escuchar y observar con atención lo que sucede en cada
entidad y en cada distrito. Así lo exigen los tiempos políticos actuales.
EL GOBER EN TAMPICO
Hoy deberá estar en Tampico el gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre
Cantú, como testigo de honor del desfile que celebra la Independencia de
México.