Los magistrados electos.

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Leobardo Sánchez/Reporte Tamaulipas  
Martes, 07 de Julio del 2015   

La justicia de Tamaulipas está a punto de entrar en un nuevo ciclo de mando; un simple relevo institucional, hasta podría decirse de corte monárquico, donde la democracia no tiene cabida.

Por eso creo que ya es tiempo de abrir los espacios a la democracia participativa, para que los puestos clave, también sean votados por la gente, porque de otra manera, todavía estaremos arrastrando un maloliente tufo impositivo, propio de los países que tienen rey.

Seríamos un estado que abriría las urnas hasta para los representantes de la ley; de eso se trata la democracia, de contar con representantes mejor preparados y alejados del compromiso mediático que nos ha hecho tanto daño.

En Estados Unidos por ejemplo, la gente elige hasta el sheriff, pero curiosamente el vocablo original (shire reeve) que proviene de un inglés antiguo, se utilizaba para designar a una persona como representante del rey.

El término se expandió casi por toda Europa, pero hoy, en la mayoría de las jurisdicciones de Estados Unidos, los sheriffs se eligen para servir por un periodo de cuatro años.

En México, por el contrario, tenemos todavía mucho de la costumbre española, que fungía con virreyes, a donde no llegaban los ojos del rey, que más bien lo que perseguían era el tributo, la imposición y el control, como símbolos autoritarios.

Nosotros no somos monárquicos, somos republicanos, por eso tenemos que impulsar esquemas de mayor participación ciudadana, y no dejar en manos de los políticos, las iniciativas de la gente.

A la sociedad se le ha hecho tarde, para tomar en sus manos, cambios fundamentales que los políticos han desvirtuado.

Así pasó el 10 de abril del 2003, cuando se expidió en México, un decreto para crear la Ley del Servicio Profesional de Carrera, que de alguna manera buscaba erradicar la práctica del compadrazgo. La idea era buena, pero faltó extenderla hacia los puestos que ahora son facultad exclusiva de los gobernadores.

Y aquí entran: los magistrados, los presidentes de los Tribunales, los jueces, el Procurador, el secretario de seguridad, los directores de policía, sólo por mencionar algunos.

Se puso a competir a quienes buscaban un puesto en el gobierno federal, y lo mismo pasó con los profesores de nuevo ingreso, pero dejaron fuera los cargos que a discreción otorga el gobernador y que requieren del juicio ciudadano, a través del voto por supuesto.

Hace algunos años, el priista HORACIO GARZA GARZA, promovió una propuesta que buscaba llevar a los regidores a las urnas, y su planteamiento era ejercicio muy sano, pero su propio partido se encargó de guardarla bien en algún cajón que no la ha vuelto a encontrar.

El tema de los regidores es todavía un caso más específico, donde los aspirantes populares deben estar sometidos al rigor del voto, y terminar con el sistema de planillas, que es otro vicio que toleramos, para beneficiar a los amigos.

Este año se dio un ligero avance democrático, y se abrió más el espacio para la participación social, con los candidatos independientes, que permitirá en unos años, ampliar el modelo hacia un real poder ciudadano.

Irónicamente o cansados de su rey y de los partidos políticos, la sociedad española nos ha puesto la muestra de participación ciudadana, y el año pasado debutaron electoralmente con “Podemos” y “Ciudadanos”, dos organizaciones que surgieron genuinamente de la sociedad.

Es un gran avance definitivamente para un país acosado por una larga dictadura y por la debacle de su economía, pero nosotros en México tenemos que hacer nuestra parte, para tener a los representantes que nos generen confianza.

En la reciente elección federal, en Tamaulipas, fue mayor el número de personas que no votó, y este resultado tiene que dejarnos un duro aprendizaje porque de lo contrario, estaremos cediendo terreno a los gobiernos que no queremos, pero lamentablemente por los que votamos o no votamos.

Volviendo con el asunto de la renovación de la administración de justicia en nuestra entidad, a estas alturas podría decirse que es una cosa juzgada, pero no será la última.

Ojalá y más adelante estemos en posibilidad de darle un poco de democracia a este asunto, a fin de llevar ante las urnas, a los representantes del Poder Judicial del Estado de Tamaulipas.

Porque el proceso de elección de los magistrados ocurrido la semana pasada, no logra borrar la mancha de simulación que siempre acompaña a este tipo de trámites.

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