Los penenadores y su lucha por vivir. . . gracias a la basura

Redacción/Reporte Tamaulipas
Sábado, 20 de Junio del 2015 

Victoria,Tamaulipas.-Entre montañas de basura que diariamente desechan los habitantes de Victoria, más de doscientas personas de ambos sexos entre los que se encuentran menores de edad, buscan su sustento sin importarles su integridad física; ellos se ganan la vida en la recolección de cartón, plástico, vidrio, fierro y todo aquello que se pueda reciclar.

Desde muy temprana hora, antes que salga el sol, hombres y mujeres arriban al relleno sanitario para comenzar las arduas labores de recolectar entre las montañas de desecho botes de plástico, no importándoles de donde provenga ni en qué condiciones se encuentren, saben que para poder ganarse unos cuantos pesos es necesario juntar lo más que se pueda.

Una mujer de la tercera edad que solo se identificó como doña Mari, aparece
en medio de montones de bolsas, recolectando botes y al ser cuestionada sobre cuanta cantidad es la que logra acumular en un día, explica que de una a dos bolsas industriales que llegan a pesar hasta cincuenta kilogramos.

Otro pepenador que omitió su nombre, comenta que este trabajo insalubre les da para comer y mantener a sus hijos, señalando que no hay días festivos, que para ellos todos los días son iguales que no se pueden dar el lujo de faltar a laborar en la pepena, debido que si es así no logran juntar dinero, por lo que no comerían.

Agregó que no hay hora para la recolección debido que no sabes que carga valiosa para ellos deje el camión recolector de basura, por lo que están siempre atentos a la llegada de las unidades que acuden constantemente a descargar los desechos de los victorenses.

En el relleno sanitario ubicado sobre el Libramiento Naciones Unidas y salida a Soto la Marina, no hay distingos de edad ni sexo, son más de doscientos pepenadores los cuales en su mayoría no cuentan con servicio médico, aunque se arriesgan a contraer una enfermedad cuando se encuentran buscando el sustento.

Juany N. otra pepenadora que cuenta con 40 años de edad a quien se le aprecia su piel quemada por los rayos solares, platica que hay días malos en los que recolectan solo algunos cuantos kilogramos de cartón, cuyo precio es de cuarenta centavos, pero que con suerte a veces les va mejor juntando botes de aluminio, cuyo valor es de ocho pesos el kilogramo.

Es común observar en el interior del basurero municipal varias casas fabricadas con objetos que fueron arrojados como desecho, los cuales son aprovechados por los hombres que se dedican a la pepena quienes aseguraron que habitan en ellas para poder estar alertas cuando los camiones hacen su arribo al relleno y poder recolectar el preciado cartón, plástico, aluminio, chatarra y todo lo que les deje ganancias económicas.