Redacción
EU.-Lo sucedido con nuestra connacional Guadalupe en Phoenix es, como su propio esposo ha mencionado, el reflejo de la situación y riesgo que corren nuestros migrantes en EE.UU. en la era Trump. Guadalupe representa a millones de mexicanos que día a día trabajan y contribuyen con la economía y sociedad estadounidense y que lejos de hacer algún daño, aportan y enriquecen con su labor a ese país, pero que por no contar con papeles o por faltas administrativas son deportados. Recordemos que de 500 mil deportados solo 24 mil han cometido un delito grave.
Nos da miedo salir, estamos escondidos y en las sombras, no dormimos bien y tenemos temor… son algunas de las frases con las que la comunidad indocumentada de Arizona nos recibió en el segundo foro Agenda Migrante, que se llevó a cabo el pasado 11 de febrero, esfuerzo que coordinamos Jorge Castañeda y yo con patrocinio de Nexos, encabezado por Aguilar Camín y Lopez Dóriga Digital.
Convocamos a legisladores, al presidente de la CONAGO, Graco Ramírez, al subsecretario de América del Norte de la SRE y a líderes de opinión como Genaro Lozano, León Krauze, Yuriria Sierra y Paola Rojas a ser parte de este encuentro con aquellos, que por su estatus migratorio de indocumentado, no pueden salir de EE.UU. y se encuentran hoy en la mayor vulnerabilidad ante lo que se avecina con el inquilino de la Casa Blanca.
Realizar la segunda edición de Agenda Migrante en Arizona no es casualidad. El caso de Lupita nos deja claro el por qué. Siendo un estado en el que la legislación ha sido particularmente difícil para nuestros migrantes, se vuelve fundamental acercarnos y escuchar a esa comunidad que se encuentran en las sombras, sin voz ni visibilidad y sin tener el lugar que merecen en ninguno de los dos países.
Además, es enriquecedor ponerle rostro a estas historias y escuchar propuestas y necesidades de propia voz de quienes han pasado situaciones complejas en el intento de insertarse social y económicamente en el vecino país del norte ante la falta de oportunidades que tuvieron en México. Entender experiencias derivadas de la legislación antimigrante que Arizona ha tenido sirve para dimensionar el daño que Trump hace con su visión aislacionista y agresiva a su país y a nuestros connacionales.
Queda claro que lo primero que nuestros migrantes quieren y esperan de cualquiera que este dispuesto a contribuir con ellos es dar la batalla allá. Ellos han hecho su vida, patrimonio y familia en EEUU y no quieren regresar. Los de primera generación, es decir aquellos que se fueron en búsqueda de oportunidades hace años de nuestro país, temen sobre todo por sus hijos que se han desarrollado o incluso nacido en la Unión Americana y no conocen la vida en México.
Para quedarse requieren apoyo legal ágil y cercano, que cada intento de deportación se convierta en un caso más para las cortes americanas que ya están de por sí desbordadas con los casos que heredaron del sistema con Obama quien deportó a cerca de 3 millones de mexicanos. De los recursos recientemente anunciados para los consulados destinados a la asistencia legal (mil millones de pesos), aconsejan que parte de dichos recursos sean canalizados a organizaciones de la sociedad civil y expertos en asistencia y acompañamiento legal ya que ante la situación se puede generar temor de acercarse a los consulados como ya sucede por parte la comunidad indocumentada. El apoyo en materia de salud mental también fue requerido pues la situación tiene a muchos de ellos en pánico e intranquilidad.
Para quedarse por allá también piden empoderamiento, por ejemplo, a través de educación, becas y apoyo para que sus hijos, especialmente los dreamers, logren estudiar y contar con una carrera que les permita insertarse mejor y porque no, el día de mañana puedan acceder a puestos de toma de decisión. Una narrativa distinta y más justa que muestre lo que en realidad es México para EE.UU. es menester. Estrategias de comunicación que hagan visible la contribución de los mexicanos y que cuenten las historias de todos aquellos que apoyan y aportan al sistema y sociedad de ese país es importante, más aún frente a las estrategias que Trump utiliza para comunicar la supuesta maldad de los connacionales.
Es increíble que en un lugar como Arizona, para el que México es su primer socio comercial, en el que el intercambio comercial ha crecido en un 375 por ciento los últimos cuatro años, con el que compartimos familias y lazos binacionales, hoy sucedan casos como el de Guadalupe y se tilde de delincuentes a nuestros migrantes. Para visibilizar el vínculo tan relevante que para los americanos tiene nuestro país, los migrantes en Phoenix proponen que México redireccione su compra de maíz, que hoy es principalmente de EE.UU. hacia otros países como Argentina o Brasil.
Las autoridades de ambos lados en esta zona fronteriza están preocupadas y reforzando las alianzas interestatales y entre legisladores para no dejar todo en manos de la relación federal de ambos países y poder generar algunos puentes y fortalezas juntos por el interés mutuo e interdependencia de la que están conscientes pero la cual no se ve ni comunica como debe ser.