Mujer,fuerte como la madre tierra

Por : Yadira Herrera

Victoria Tamaulipas.- Hola Mujer: Hoy me dirijo a ti que rehúyes la mirada, que has perdido ese brillo especial de la ilusión que iluminaba tus ojos y todo tu rostro. Sufres en silencio la pena profunda de saberte incomprendida. Intentas por todos los medios ocultar una realidad que te asfixia y que sufres en silencio.

Eres una mujer que por el simple hecho de serlo tienes el gran milagro de dar vida y con eso estas más que pagada en este mundo.

Eres hija, madre, esposa, amiga, hermana, pero mas Mujer de la madre tierra, nosotras pertenecemos a una raza con una cultura milenaria que hoy conservamos como un tesoro convivimos con lo que nos rodea, con la lluvia, el viento, las carreteras, la montaña, el cielo, los ríos, el campo, el sol, los atardeceres.

Somos feliz en nuestras soledades…tenemos tiempo de vez en cuando para contar las estrellas, tiempo para poner nuestros sueños al día, sintiendo el aire fresco del amanecer y hablar en silencio con los animales, con las plantas…Sabemos sembrar con la mejor semilla, con nuestras manos, que es la del alma, la que no traiciona, ,la que te puede mirar a los ojos y decirte con una mirada cuanto ama a los suyos.

Sabemos amasar la semilla de la amistad con fidelidad y con ternura…Somos mujeres como la Madre tierra, fértiles, calladas, protectoras y fuertes. Tal vez no sepamos mucho de economía, ni de bancos. Pero si sabemos cuando el mundo está en peligro y cuándo las cosas son buenas o no.

Sabemos en algunas ocasiones lo que es perfectamente padecer una violencia dentro de casa, pero también sabemos lo que es encontrarnos con nosotras misma, y sentirnos bellas, fuertes, pero sobre todo ponernos de pie en las peores adversidades de la vida.

A veces no entendemos porque nos desprecian, nos ignoran, los que no les ha importado nada y nos lo han quitado todo, hasta nuestra dignidad, sueños, ilusiones, vergüenza, pero aun así poco a poco se recupera.

Quisiéramos cambiar muchas cosas, esas que duelen por dentro y se van agrandando como la impotencia, el desamparo, la destrucción, las palabras incumplidas, el desamor y ese sentimiento de estar siendo violada en tu integridad, emocional, espiritual, psicológica.

Queremos gritar ¡Déjenos en paz!… Queremos seguir viviendo así simplemente, con nuestra gente, la que ríe, la que crea, la que vibra, la que ve a la vida de frente sin rodeos, incluso de cara a la muerte, la vida así como es, sin alterar las cosas, la que comparte, la que acaricia, la que no tiene prisa y amar sin esperar nada, la que no se aburre.

Queremos que nos respeten, somos mujeres de la tierra, fuerte como el árbol que resiste al viento, firme como la montaña más alta, frágil como la más bella mariposa, esa que a pesar de los fuerte aires jamás se rompe, y sus colores son únicos, dulce como los atardeceres.

Somos mujeres hija de la tierra y el sol, y aunque no entendamos muchas cosas, sabemos lo que queremos, tenemos esperanza y sabemos que las cosas van a cambiar, porque la fe de una mujer debe de ser mas grande que todo y que todos.