Otra elección panista que se cae

Sabado, 20 de Diciembre 2014 / www.reportetamaulipas.com    
Héctor Garcés      
Columna: El Kiosko  

Todos lo sabían: la elección por la presidencia del comité del PAN en Altamira, realizada el 31 de agosto, se iba a caer, tarde o temprano.

Fueron tantas las inconsistencias, las irregularidades y las deficiencias que no existía forma de que el proceso electoral blanquiazul altamirense se sostuviera. Estaba prendido de alfileres. Y se desplomó.

Entre las cosas insólitas que se registraron en la elección por la dirigencia de Acción Nacional en Altamira una llamó la atención desde el principio: No llegaron todas las boletas que se tenían que utilizar. Peor aún: al percatarse del faltante, los azules fueron a sacar 70 copias para continuar con la elección. ¡Caray!

Otra ‘perla’ más del proceso interno panista: Nicolás Alvarez Betancourt obtuvo 101 votos; su contrincante, Samuel López Cepeda, se quedó con 99 sufragios; además, se contabilizó un voto nulo. La suma indica que 201 militantes emitieron su decisión en las urnas, pero… se inscribieron 202 panistas para votar. Es decir, faltó un voto. ¿Dónde quedó? Por más que lo buscaron, nadie lo encontró.

Una anomalía más: el nombre del candidato Samuel López Cepeda fue cambiado y escrito en las boletas como Manuel López. Ese simple error era suficiente para generar confusión entre los votantes azules.

Así, pasó lo que tenía que pasar: la elección panista altamirense fue impugnada en las distintas instancias correspondientes. Primero, ante el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, después en el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado y, finalmente, en la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Solamente en la dirigencia nacional del panismo se negaron a ver lo evidente y lo escandaloso, en un intento por quedar bien y evitar más broncas con el equipo que impulsaba el proyecto de Nicolás Alvarez Betancourt: el grupo del senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Sin embargo, la corriente local liderada por Isaac Rebaj, que empujó la candidatura de Samuel López Cepeda, impugnó la decisión del CEN del PAN en los tribunales electorales de Tamaulipas y de la Federación y era más que obvio que iba a lograr el objetivo: tumbar un proceso plagado de anomalías (algunos afirman y aseguran que se trató de un descarado fraude).

El capítulo final de la telenovela blanquiazul altamirense concluyó ayer con el fallo de la Sala Regional (asentada en Monterrey, Nuevo León) del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (mal llamado Trife) con la resolución de que el proceso tenía que volver a realizarse.

Por tanto, los panistas de Altamira tendrán que organizar una nueva elección para designar presidente del comité. El problema es que los tiempos electorales federales ya comenzaron desde hace varias semanas y, por consecuencia, el proceso se tendrá que realizar hasta agosto o septiembre (antes de que inicie la lucha oficial y constitucional por la gubernatura de Tamaulipas).

De esa forma, la Delegación que asumió el control directivo del panismo altamirense deberá mantenerse. Así, Yolanda Torres Vargas, presidenta, y Juan Carlos Urbina Betancourt, secretario general, serán quienes lleven las riendas del partido durante la contienda por la diputación federal por el Séptimo Distrito.

Yolanda Torres Vargas tiene 15 años como militante de Acción Nacional y cuenta con la experiencia de haber participado en cargos directivos de varios comités locales. Incluso, formó parte del grupo que encabezó Silvia Cacho Tamez, que detentó por muchos años la dirigencia blanquiazul altamirense.

Está más que claro que quien se encuentra detrás de la Delegación del PAN en Altamira es el secretario de elecciones del comité estatal del partido albiazul, el empresario Isaac Rebaj Sevcovicious, quien impulsó, en su momento, a Samuel López Cepeda.

Sólo que aquí se presentó un ‘pequeño detalle’: Samuel López Cepeda, al parecer, se desesperó y ahora es simpatizante del grupo cabecista. Grave equivocación. Brincó y se cayó.

En el error llevará la penitencia. Al dejar el equipo que lo promovió, es un hecho que cuando se realice la nueva elección por la presidencia del comité local, Samuel López Cepeda ya no será el candidato de esa corriente (y se duda que los cabecistas lo postulen, ya que ellos seguirán apoyando a Nicolás Alvarez Betancourt).

Este es un ejemplo más de la guerra que libran en distintos frentes el grupo del senador Cabeza de Vaca y el Bloque Nuevo Laredo-Matamoros, integrado por los alcaldes Carlos Canturosas y Leticia Salazar. Es una confrontación que continuará a lo largo de 2015. ¿Quién ganará la batalla final?

 

Y PARA CERRAR…

Para que quede claro: a nadie, absolutamente a nadie, le han dicho que ya es candidato a diputado federal por ningún distrito. Por tanto, todos juegan… y todos se mueven.

En Tampico, por ejemplo, todos, absolutamente todos, tienen posibilidades. Paloma, Olga, Lalo, Sergio, Elvia y Pancho están en la jugada.

Por el Séptimo Distrito, todos coinciden en que Griselda Carrillo Reyes será la candidata con la mesa puesta para ganar (aunque en el PAN aseguran que le preparan una ‘sorpresa’).

No obstante, nadie puede descartar una sorpresa desde el sistema priista al momento de la designación. Una ‘sorpresita’ proveniente del sindicato petrolero.

Y en Ciudad Victoria, ya no juegan todos (tras la guerra sucia que se armó entre ellos mismos), por lo cual no deberá sorprender a nadie que el experimentado e institucional Felipe Garza Narváez, delegado federal de la Profeco, se pueda quedar con la candidatura a la diputación federal por el Quinto Distrito.

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