Pobre generación la de hoy

Jueves,12 de Febrero del 2015 / www.reportetamaulipas.com
Martin Sifuentes  
Columna: En vivo  

Fue a fines de noviembre del año pasado, cuando el presidente Peña Nieto hizo un anuncio, que en ese momento fue considerado como un nuevo decálogo donde planteaba cambios para afianzar la seguridad, la justicia y el estado de derecho en nuestro país.

¿Lo recuerda?, eran diez puntos en donde planteaba soluciones a corto plazo para enfrentar problemáticas como la caída de la economía, el repunte de la inseguridad y la violencia y el descontento social a su mandato.

Habló entonces de una reforma constitucional para expedir la ley en contra de la infiltración del crimen en los ayuntamientos.

De dar claridad al sistema de competencias en materia penal.

De crear policías estatales únicas.

De un número telefónico único en todo el país para casos de emergencias (911) y del establecimiento de una clave única de identidad para los mexicanos.

Todo esto era de lo más destacado. Y sin olvidar la promesa de la aprobación rápida de diversas leyes para combatir la corrupción.

Y ya pasaron casi tres meses. Nada se ha llevado a la práctica o a la realidad.

Se entiende que se trata de disposiciones que llevan un proceso, que tendrán que pasar por el poder legislativo y de ahí a los congresos estatales, pero lo cierto es que la sociedad mexicana no está en estos momentos para esperar discusiones, aprobaciones y promulgaciones.

Hoy, el tiempo de los mexicanos reclama rapidez para ejecutar acciones que combatan los males que van destruyendo día a día a este país.  

Los cimientos de México están corroídos, y no es posible dilatar mas las posibles soluciones.

De proyectos, iniciativas y planes, ya estamos hartos.

Urge ese “golpe de timón” que le cambie el rumbo a esta tierra, por cierto llena de gente que anhela un cambio, que sueña con una verdadera transformación, que desea un mejor futuro en todos los ámbitos.

A esta generación nos ha tocado vivir la peor época. Hemos transcurrido en medio de una crisis social, económica y política,  permanente, por lo que hoy sería justo comenzar a ver una luz en ese oscuro camino.

La sociedad dispuesta para vivir en un nuevo México, ya está.

Pero para terminar con todas las calamidades que nos han agobiado en los últimos años, solo requerimos de  excelentes presidentes, de mejores alcaldes, de legisladores responsables, de autoridades que no nos mientan, que se comprometan, que cumplan, que trabajen, que se preocupen por el bienestar de su gente…o sea, lo que no hemos tenido en décadas.