Agencias/
México, D.F.-Es la narración más corta: su extensión no rebasa la cuartilla, en realidad es solo un párrafo. Es la muerte vista por la ventana, es la impotencia, es la desazón y el desconcierto: es la realidad.
Se trata del relato Ventana, incluido en la entrega literaria del prosista José Pergentino intitulada Hormigas rojas, editado por Almadía. Un sueño, una serie de sueños: cuentos, historias.
La prosa del escritor de origen zapoteco revive pasajes de la vida cotidiana en su justa medida, con sus implicaciones, todo expresado en un lenguaje que reposa en lo simple, con breves pero muy nutritivos lexicones de zapoteco.
En el mundo de las aspiraciones literarias, en algún momento ─obra de quién sabe quién─ se instauró en la novela el logro máximo de un escritor, muy a pesar de la calidad del texto, mas trabajos como el de Pergentino vienen a desbancar este falso paradigma para demostrar el valor de la narración breve, la cual demanda de su creador concreción, virtuosismo y una habilidad propicia para el factor sorpresa, lo que convierte al relato en un reto escritural del que este autor sale bien librado y con creces.
En Hormigas rojas se disfruta la brevedad de los textos, se agradece el valor descriptivo de los escenarios y se detecta un audaz estilo enmarcado en habilidad sorpresiva.
Son 17 historias bordadas con rasgos de la ruralidad: un libro liviano por sus dimensiones físicas, pero nutrido por la narrativa del escritor en una hilarante concatenación de relatos oníricos ambientados en escenarios de atractiva esencia campestre, donde la naturaleza y la relación de los actores literarios con la misma es protagónica.
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