Las cartas predicen que será Jesús el candidato de PRI

Redacción/Reporte Tamaulipas
Lunes, Enero/04/ 2016   

Matamoros,Tamaulipas.-Pártalas en tres, dijo Don Pancho, al tiempo que colocaba un mazo de cartas de una baraja española. Aclaró: con la mano izquierda, hágalo con la mano izquierda. Así lo hice y en seguida el viejo empezó a echar una a una, desplegándolas sobre la mesa frente a cuatro veladoras encendidas que alumbraban varias imágenes de santos y una grande de la Virgen María, el aroma era de incienso, humo y brujería. Casi enseguida, Don Pancho dijo: Están empatados; hay un empate. Baltazar y Alejandro y Bernal, un poquito atrás, Edgar.

El que quiera ganar necesita ayuda espiritual para el triunfo. Deben encender veladoras de la corte, de cera azul y las veladoras de la suerte rápida, de canela, guayaba y coco. Hay que trabajarlos en la mañana, tarde y al medio día.
El ambiente es muy a propósito, un pequeño cuarto de madera vieja, solo una mesa y dos sillas. Una de ellas la ocupa Don Pancho, un hombre viejo, gordo, de aspecto descuidado que sin embargo pide no tomarle fotos porque no está arreglado.

Don Pancho, como se le conoce, habita en la calle Juárez casi esquina con la once, desde hace años y es conocido por el don que tiene de predecir eventos en base a lo que las cartas le dan a conocer.

Desde los diez años descubrí que tengo el don, pero no lo desarrollé porque me dediqué a trabajar, ahora ya estoy pensionado de los Estados Unidos, cada mes recibo mi cheque, tengo 69 años y hoy me dedico a servir a la gente con el don, hago puros trabajos “suaves” trabajos “pesados” o de brujería negra no hago. Me niego a hacer ese tipo de trabajos.

Las cartas vuelven a formar un mazo y se dispone a barajarlas para que nos digan quien será el candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Matamoros. Dos nombres hay sobre la mesa Mónica y Jesús de la Garza, “Chuchín.
Termina de barajarlas, coloca el mazo sobre el mantel de plástico que cubre la mesa y vuelve a pedir: córtelas en tres. Ya no hubo necesidad de explicarme que debía hacerlo con la izquierda.

Quedaron los tres montones de cartas y empezó a esparcirlas sobre la mesa una a una, en algún orden preciso que él solo conoce, una sobre la otra en varias hileras. Terminó y solo dijo.
“Jesús”.

¿Antes ha predicho algo sobre algún suceso y ha acertado?
Si en nueve ocasiones, nueve muertes, incluso la de mi padre y no. Nunca he fallado.